Me ha sembrado vientos en el estómago,

intentaré que sean bonitas tempestades.


 —Duerme.
Le había pillado. Probablemente porque él estaba igual, con los nervios en el estómago, la cabeza a punto de gritar de pánico, temiendo que parpadease y ella se hubiese vuelto a esfumar.
Negó con la cabeza.
—No puedo. No puedo quitarle los ojos de encima. ¿Y si no se despierta?
Los dos la miraron, dormida, profundamente dormida como si nunca hubiese estado a punto de morir y llevarse a todos consigo. 
¿Y si se despierta y no es ella?
—Sé que es duro —murmuró —, pero en algún momento vamos a tener que dejar de preocuparnos de que vuelva a marcharse.

Adicto a las putas ganas de tenerte entre las costillas,

mi querida bala.

 solo sería en una semana, pero un pescador sabe que jamás se tiene nada seguro con el mar. Y aquella vez el mar decidió jugar con Lobodemar. Lobodemar, que iba a pescar. El mar lo pescó a él.  

(...) pero los ojos de Historia, los ojos que resquebrajaron el alma de Gorjo durante los diecisiete segundos que transcurrió entre que los vio y el malo los deshizo.
E Historia se deshizo.
Y la esperanza de Gorjo se deshizo.

"Cuando todo se desmoronaba y él había huido, lo único que aún encontró la gente en su figura fue que era valiente con las causas perdidas.
Aunque eso nunca le salvó la vida a nadie."

¿Es que nunca nadie se acuerda del dragón?
Él también quería a la princesa.

Datos personales

Mi foto
alios ego vidi ventos.

En otros sitios me llamo se_lai. Un día se me ocurrió escribir lo que imaginaba y aún no se me ha ocurrido cómo parar.
Con la tecnología de Blogger.