“ solo sería en una semana, pero un pescador sabe que
jamás se tiene nada seguro con el mar. Y aquella vez el mar decidió jugar con
Lobodemar. Lobodemar, que iba a pescar. El mar lo pescó a él. „
(...)pero los ojos de Historia, los ojos que resquebrajaron el alma de Gorjo durante los diecisiete segundos que transcurrió entre que los vio y el malo los deshizo. E Historia se deshizo. Y la esperanza de Gorjo se deshizo.
"Cuando todo se desmoronaba y él había huido, lo único que aún encontró la gente en su figura fue que era valiente con las causas perdidas. Aunque eso nunca le salvó la vida a nadie."
El tono de él volvía a contener la rabia. Sintió ella ganas de reír. Sí. Se reiría, hasta que nadie pudiera decir si reía o lloraba. Y entonces lloraría de verdad. Cuando nadie lo pudiera decir. Cuando nadie la pudiera ayudar.